Si esperas al Ojo de Cthulhu en medio de tu arena, bien equipado con armas a distancia y una bolsa llena de pociones curativas, ya habrás aumentado drásticamente tus posibilidades de ganar. Para no verte abrumado ahora por los ataques del jefe, debes familiarizarte con sus patrones de ataque. El ojo de Cthulhu tiene dos fases de combate en las que utiliza estrategias diferentes.

En la primera fase, el jefe empezará a revolotear a tu alrededor e invocará a tres o cuatro siervos de Cthulhu. A continuación, te atacarán. Una vez que hayas derrotado a los sirvientes, el propio Ojo de Cthulhu se activa e intenta embestirte tres veces. El ojo apuntará exactamente a tu personaje y correrá hacia él. Después de tres ataques de embestida, el ciclo vuelve a empezar con la invocación de los sirvientes.

Mientras los siervos vuelan hacia ti, puedes dispararles al ojo con tu arma a distancia para derrotarlos cuerpo a cuerpo. Alternativamente, puedes derribar a los siervos con shuriken justo después de que aparezcan. Los shuriken tienen la propiedad de que vuelan a través de los enemigos y dañan a otros enemigos. Así que pueden utilizarse perfectamente aquí para derrotar a los siervos y al mismo tiempo causar daño al propio ojo.

Para los ataques de embestida, debes intentar esquivarlos saltando a una plataforma más alta o más baja de tu arena. Al mismo tiempo, puedes disparar al ojo que se precipita hacia ti para causarle más daño.

Si al Ojo de Cthulhu sólo le queda la mitad de su salud, se produce una transformación. La pupila desaparece y en su lugar se abre ahora una gran boca armada con afilados dientes. En esta segunda fase, el jefe ya no tiene defensa, pero causa bastante más daño. El jefe sólo intentará embestirte, esta vez con mayor frecuencia y de forma más agresiva. Así que asegúrate de mantener siempre una distancia suficiente con él y cambia a menudo entre los niveles de tu arena. Al mismo tiempo, puedes atacar constantemente con tu arma a distancia para minimizar poco a poco la barra de vida de tu adversario.